martes, 28 de septiembre de 2010

Tengo ganas de...

De acariciar tu pelo
y rozar tus labios
con mis dedos.

De besar tus manos
e insinuar tu silueta
con la punta de mi lengua.

De cerrar tus ojos
y velar tu sueño,
tomarte de la mano y
afrontar el miedo
de la noche negra,
que matar intenta
la luna que ilumina
tu ventana abierta.

De correr contigo
a pasos agigantados,
bajo la lluvia tenaz
que bendice la tierra.
Bajo los besos de  las gotas
que gotean y gotean,
y horadan mi armadura,
el corazón de piedra.

De encontrarte en sueños
y conocerte despierto,
de tocar tus manos
y besar tus besos,
de soplarle al viento
un poema, al fin, con dueña..

de mi entera
y fiel
alma que te sueña.

jueves, 23 de septiembre de 2010

De los últimos instantes de Dasderf IV y Elwing I

Noche era, una hoguera crepitaba
bajo los estrellados cielos
de un mundo de añeja fama,
soplando un viento
de una esperanza olvidada.

Bajo el peso de sus armas,
un Caballero de la Orden de Plata
con trabajos respiraba,
agonizaba.

Sobre él, aferrada a su alma
de ella, de él, de su misma historia,
la Princesa le hablaba
una lágrima se enjugaba
la otra, resbalaba.

Y el Caballero también lloraba,
y sus lágrimas se juntaban
y brillaban,
bajo una luna confidente,
al calor de las llamas.

Cuando de improviso,
asaltaron las pisadas
de los enemigos que cazaban
a la prófuga Princesa,
que amor emanaba.
Y al capitán de la Orden,
una Orden, ya olvidada.

Y cayeron sus flechas, sobre sus cuerpos unidos
los labios,
que un beso suplicaban,
se rozaron apenas, mientras sus almas
se escapaban, al cielo subían,
suspiraban.

La luna,
cerró su ventana,
la hoguera apagó su llamas.

A la mañana siguiente,
dos nuevas estrellas,
saludaban al alba.

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