lunes, 31 de agosto de 2009

Sed de lujuria.

Allá recorren mis dedos
la piel de tu espalda arqueada
y sellan tus labios mis besos
para probar de tu cuello, cada pulgada cuadrada.

Ahí bajan lentamente mis manos
y se aferran intensamente a tu cintura
te acerco, para mordisquear con ternura
tu labio húmedo, la fragancia de tu piel desnuda.

Reclino ahora tu elástico cuerpo
en el sillón que espera nuestro contacto
beso tus pechos, tus manos
tu vientre y más abajo
y bebo poco a poco
de la fuente de tu lujurioso encanto.

Endurecido a ti me uno
y se atan nuestras piernas y brazos
ahí, entre los gemidos y el murmullo amoroso
ahí, cariño mío, se libera el jugo precioso
y recojo, de tus labios
las mieles que me dicen
que nuestra piel desnuda
es el bálsamo de vida,
por que siempre hemos soñado.

lunes, 24 de agosto de 2009

El guerrero perefcto.

Soy el guerrero perfecto. Siempre lo he sido. Mis tácticas fueron las mejores, sin dicusión. Envolví e inventé los pasos que me llevaban poco a poco al objetivo. Eliminaba, sutilmente, con el leve roce de un frágil cristal a mis enemigos. Uno a uno caían, rendidos, alejándose. Huyendo de mi invisible presencia, de mi insepurable poder que los dioses me habían conferido. 
Era como una sombra, que se arrojaba en su presa, sin dañarla. Sin tocarla, sin asustarla. Segundo a segundo respiraba tras ella, sin que lo notara. Siempre al acecho, siempre cuidando todos los frentes, siempre seduciendo. Y, al final, me alcé glorioso con la victoria. El fuerte estaba tomado. Planté enérgico y ruidoso mi bandera, mostrando con orgullo mi emblema ondeando poderoso en lo más alto de la fortaleza. y fui recibido como un héroe agradecido, un salvador, el únco que había sido capaz de romper el cerco, sujetar al tesoro y salvarlo del pozo donde se ahogaría. 
Fui perfecto durante mucho tiempo. Libré y eliminé obstáculos, imponía mi dulce dominio sobre todos los asaltantes. Arremetía con furia ante los agresores... y el tesoro se acobijaba bajo mi potente brazo, bajo mi corazón envalentonado, bajo la salvación que yo le había dado. Fueron tiempos maravillosos. Todo crecía y se magnificaba, todo se revolucionaba, todo era perfecto.
Hasta que cayó una sombra que no conocía. Una sombra que me ató, me dominó, me sujetó a su voluntad. Luché, y poco a poco fui venciendo. 
Y me di cuenta del horror. El tesoro había emigrado.
Dejé de ser perfecto. No lo era, nunca lo fui, de hecho. Toda la ilusión depedazada por el horror, por las lágrimas. A mis pies yacía algo palpitante, sangrante y depedazado. No, no era perfecto, había fallado en una sola cosa. La más importante, quizá. Y murmuré, al cielo nublado que amenazaba una lluvia de pena y lágrimas.
—Perdona por no haber estado ahí, cuando más lo necesitabas.

viernes, 21 de agosto de 2009

Promesa incumplida

Prometí olvidarte,
Dejar de amarte.
Prometí no soñar en tu profunda mirada
Ni volver a perderme en tus dulces palabras.
Juré alejarme, fundirme en la nada
Ser un vago recuerdo, un largo y mal sueño

Hoy me acobardo, regreso
Ante tus pies muestro de nuevo mis sueños
Violando las leyes que desde el inicio surgieron
Vuelve, te pido, a mi actual vida vacía
Sólo tu eres quien puede darle color y alegría
Quien tiene mi guía, mi sol, mi risa
Por quien yo gustoso, ofrendaría mi vida

No tiene sentido buscar afuera
No hay nada ni nadie que comparar se pudiera
A la esperanza que regalaras
A la confianza que inspiraras
Mentira es que olvidar no cuesta nada
Me cuesta un corazón que ya no palpita

Prometo amarte como en verdad lo mereces
No llorar si así te apetece
Morir, cuando así lo consideres
Darte mi cuerpo, si tu deseo lo requiere
Cubrir con caricias la piel pendiente
Besar tus labios las veces que inventes
Llorar a tu lado, para sanar la rasgadura hiriente

Esperanza, vuela hacia el cielo
Sonríeme, háblame,
Di que estoy en lo cierto
Que todos los sueños, los suspiros, los secretos
Se cumplan, se nutran, surjan de nuevo
A tiempo, para decirle en silencio
Dile que aquí la espero, para amarle de nuevo

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