miércoles, 25 de mayo de 2011

El corrido de Emilio Polonio de Jesús.

Esta es la historia de un narco,
que era parecido a un mandril tarado
con las nachas pintadas de rosado,
y con la nariz negra de tanto estar aspirando.

Conoció a un científico alemán
Gutanh Friederik Van Goethag,
químico por la Universidad Nacional
de un país al norte de Pakistán.

Entre los dos hicieron un changarro
como Breaking Bad de anfetaminas,
las primeras clientas fueran sus tías
y quedaron feas como marcianas o chochinas.

Entró el narco a un cártel afamado,
con el alemán se acostó el jefe por ser guapo,
y así iniciaron su historia donde, de contrabando,
introdujeron pastillas en desayunos escolares
y los chamacos dopados, alucinaron en sus clases.

Llegó la DEA, el Ejército y la Marina
y a tiros abatieron a las tías,
el narco lloró como Magdalena,
el alemán, pobrecito, murió de pena.

Y así acaba el corrido
de Gutanh Friederik Van Goethag,
de su compañero Emilio Polonio de Jesús
que acabó en una cárcel de Veracruz.

Ay que pena, que tristeza
por que se murieron las tías feas,
el jefe de cártel espera un hijo, y sí,
se llamará como el alemán guërito.

Abur.

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