jueves, 26 de marzo de 2015

Jacaranda

Agoniza la noche. El viento y la lluvia han despejado el cielo y una luna como sol de mediodía inunda con su luz la calle cubierta de jacarandas. Una alfombra de aromas lilas y frescos ahoga el empedrado y es como si un río de flores se hubiese detenido para dejarse observar por las estrellas que aún gotean agua cristalina.

Hay un silencio hermoso lleno de suspiros pacientes, de sonrisas enamoradas, de sueños que se desprenden apenas de las alcobas para dejarse atrapar en los primeros segundos del amanecer. Pero todos, aún, duermen. 

Ella sale. Bella como si reflejara la luna, suave seda acaricia su silueta que es un aleteo. Desnudos los pies, pisa sobre el mar de flores que expulsan su néctar, ungiendo los pasos de un ángel. Ella sonríe. Extiende los brazos, recibe gustosa las últimas gotas acompañadas de pétalos que danzan una antigua canción. Se posan en sus hombros desnudos, resbalan por sus brazos, abrazan la seda y se sueltan de improviso acompañando el giro de quien ríe, enguirnaldada un por rocío prematuro; una flor bendecida por la noche. 

Hay un silencio hermoso. Ella se deja caer, cara a la luna. El colchón florido la recibe con la potencia de su perfume y agradece su calor; ella agradece su frescura. La luna refleja el color de la jacaranda. Su seda es flor cristalina.Cuando amanece y barren la calle para que pueden pasar los carruajes, ella vuela al este, convertida en mariposa.

martes, 10 de marzo de 2015

Volver a pelear



El campo es ruina.
Apilados, los restos de una guerra dolorosa
son púas de las que se han saciado las prontas aves de negras alas.
Escombro de metal,
astilla de torre,
ceniza orgánica.

Sangre fresca.

Alguien ha dejado un estandarte incrustado en la tierra.
A sus pies, florecen mariposas blancas
y una sola rosa, teñida del escarlata líquido,
se inclina suave, besando la base.

Le sabe a derrota.

Alguien camina.
Crujen bajos sus pies las voces quietas
que hacen eco en un terco recuerdo.
Toca en silencio la tela aún suave
de los colores que defendió
entre sollozos silenciosos
de sombras confusas.
Y suspira.

Sopla el viento.

El suspiro se interrumpe.
Se corta,
en el aire quedan dos sílabas
que caen como una canción triste.
El viento del este
levanta las mariposas
y atrapa en un abrazo
pétalos y madera.
Tiemblan las ruinas
y late dolorosa el corazón cuando,
un aroma,
un nombre,
una mirada
y un recuerdo
viajan desde un amanecer de bugambilias
que quieren volver a pelear.

Otra vez.

jueves, 5 de marzo de 2015

8 Marzo

Calla, mira.
Lo sé. Hoy se anuncia por todos lados
como vulgar propaganda
las maravillas de tu género.
Debate. Polémica.
El discurso se ensucia:
furia, ideas ajenas,
ganas de destacar en un ring plagado de equívocos.

Pero tú...

Te coloco desde ya aparte. Ajena.
Sobre todas las demás.
Única y mágica.
Un sueño azul
sobre estrellas confundidas
de pseudolibertad y frases hechas;
caótica dulzura
sobre ordenadas razones
de hipocresía y paradoja.
Tú. Mujer sobre toda musa o ángel
sobre toda flor o joya
sobre toda coherencia u orden

tú, mujer sobre toda mujer.

Pero tú...

cuando miras al mar bravo desde el faro luminoso
o al horizonte pulcro desde la torre plata
o a la nube envinada por el beso del primer lucero


no miras
a donde esta pluma se desangra
de tantas victorias mínimas

de tanta derrota orgullosa.

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