martes, 12 de noviembre de 2013

Luz de Eärendil.


Luz de Eärendil.
Cristal que tiene la luz más preciosa.
Aquello que vence la sombra. Mi sombra.
Tú.
Tu voz. Tu mirada. Tu presencia.
Tu nombre: dos sílabas.
Primera consonante. Tercera vocal.
Luz.
Eärendil, estrella élfica.
Luz que traza un dibujo lunar en las estrellas.
Tú que ilustras la noche.
Tú que otorgas significado.
Tú que sin mancha habitas, en nuestro juego, el lugar oscuro.
Tú. Luz que llegas. Luz que eres.
Luz que impulsas el latido.
De mi corazón.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Fragmentos

Si con estos fragmentos pudiese hacer magia;
curar, besar, cubrir y abrazar la herida
que no sabes cómo te hiciste y que quieres ya sanar...
Te confieso que mi miedo es también no encontrar
la forma de darte más alivio, más sonrisas.
Quiero romper la soga.
Deseo, ruego y sueño. Por tu paz.

Tomar tu mano.
Conservar la cálida caricia,
apoyar en ella mi mejilla al tiempo de sueño.
Creerte más cercana
de lo que marca el noreste de mi mapa.

Cerrar los ojos.
Sentir que la flama en el pecho
se derrama en lágrimas secas
de agradecimiento.
Pues existes, eres,
y mi dicha es la coincidencia
de nuestros momentos.

Caminar juntos.
Saborear aquellos pasos
cuyo destino menos importante
es el final: basta la compañía.
Llorar cuando el sendero se bifurca,
contar las horas para volvernos a encontrar.

Buscar poesía.
Fracasar, pero inventarte el soneto
que te defina y brille casi a la par
de tu sonrisa,
de tu voz,
Imaginar que suspiras
y preguntas qué verso vendrá a continuación.

Confesar lo que sabes.
Hilar juntos los sueños
de la madeja que descubrimos
las noches de viernes.
Besar tus labios. -Eres, soy, somos.-
No soltar el sabor. -De la mano, juntos.-
De ese momento. -No estamos lejos.-

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