martes, 3 de abril de 2012

IN MEMORIAM


Ocho tazas de café cierran la puerta
de mis sueños a tu presencia,
pues bebo para no soñarte
más despierto, no dejo de recordarte.

Cada noche lloro en silencio
en la miel de mi mundo íntimo,
donde, en el detalle mínimo,
te revelas en momento místico.

Asaltas el endeble castillo
e irrumpes en mi fantasías de niño:
tomas mis manos entre las tuyas
y, con esa voz suave, mi sueños arullas.

Despierto, encuentro tu aroma
que humilla la blanca rosa,
escucho tu voz cuando el reloj marca
con melancolía las eternas horas
donde mi sombra sin tu sombra
agoniza, agoniza viendo las olas
de mi llanto, que te añora. 

1 comentario:

  1. Ay hijo, qué lindo, y qué triste...

    Eres un genio!!!

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