martes, 25 de marzo de 2014

Komorebi

Komorebi es una palabra intraducible del japonés. 
Se refiere a la luz del sol que se filtra tras el ramaje de los árboles.

Conocerte de noche, Musa, me ha robado algo
que, ay, estrellas y luna han olvidado;
es el tiempo,
es quizá el canto,
es que la noche remarcó distancias
y desbordó las ansias:
dulce noche, tanto me has dado
y tanto que contarme me has negado.

Así oraba yo, querida Musa,
frente a tu altar sacro
—ése que mi corazón ha levantado—
y, no lo hubiese imaginado,
respondió ella, plata luna,
con aire indignado:
“Pues, poeta, me has cansado,
noche es tu pedido hado,
¿lloras, si cabe no queja alguna?”

“Madre”, dije, “me ha faltado komorebi.
Sonrió ella, ante pedido vano,
luz me regaló; era, Musa, luz cual tuya…
 y así, luna blanca, blanca luna,
tras las hojas del viejo árbol
su luz, tu luz, me regaló…
tras el ramaje dormido, Musa Estrella, sonreí:

en la noche silenciosa, tu latido reconocí.

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