sábado, 8 de marzo de 2014

Noches, tardes, días;
me pesa el silencio de tu ausencia
y mis brazos se aferran al aire nordeste
buscándote,
amándote,
esperándote.
                        Pues sólo eres tú.

Aquí, lejos, no te imaginas
cuánto intento:
las historias, las palabras,
un paseo fugaz en Copilco,
café helado,
fresas con crema,
el color de las jacarandas.
                        Pues sólo eres tú.

De pronto, duele extrañarte
y es cansado odiar a quien daño te hizo
mas, sabe que sólo pido
en oraciones temblorosas de fe quebrada
tu paz,
tu alegría,
tu alivio,
tu sueño realizado.
                        Pues sólo eres tú.

Ya lo sé.
Esto no es nuevo,
ya mi pluma lo ha escrito antes.
Qué quieres,
qué pides
si soy tan igual,
cerrando las puertas a todo.
                        Pues sólo eres tú.

En cada momento.
En cada amanecer.
En cada último parpadeo antes del sueño.
En el silencio, pues temo fastidiarte.


                        Tú.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Tweet this!