viernes, 16 de octubre de 2009

Sed de lujuria II

Una gota, solitaria y salada

escurre por tu pecho, forma un camino brilloso
se detiene en el monte de tus pechos,
excitados en los intensos momentos
que nuestros ansiosos besos,
hacen que los segundos, sean más lentos.

Observo la gota, con los labios abiertos
la persigo por el suave terciopelo de tu piel
bajo las sábanas, cual olas de mar se mecen
sigo su camino, besando los rastros
que dejan en tu pecho, en tu vientre
abajo, tu fuente de placer.
La gota se pierde, al fin, en mis labios que te desean
pero la pasión, ahí apenas comienza
donde estoy, juguetea traviesa mi lengua
luego subo, de nuevo paso a paso
busco tu mano, y busco tus labios
y ahí, entre los húmedos espasmos
nos hacemos uno, nos fusionamos.

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