jueves, 21 de abril de 2011

El moderno Cristo.

Allá, en ese país lejano, que ni de chiste es Israel, apareció un día un tipo extraño. A la vista de todos, podría ser una persona normal, pero quienes se detenían a escuchar sus palabras, le sabían sabio. O eso pensaban. Hablaba correctamente, aventaba al aire sus argumentos como granadas de fragmentación que caían con estrépito en las mentes de sus seguidores. Algunos, los tercos, simplemente alzaban una ceja en señal de desconcierto y negaban con la cabeza. Para ellos, el tipo era un farsante. Tan farsante como un infomercial presentado por un político. Al final, estos tercos se convencieron de que el tipo era un peligro, y decidieron eliminarlo del escenario.

Primero, acudieron con las mafias, pero nunca les llegaron al precio. Además, varios de los jefes de las mismas, eran partidarios del tipo extraño. Ni como ayudarles. Entonces, fueron con la política. Típico: les prometieron que sí, pero nunca les dijeron cuando. Fue cuando fueron con la Iglesia. Ésta, a su vez, le pidió ayuda a los políticos, que acudieron al rescate prontamente. Dicen que fue por algo de unos votos. Agarraron el tipo extraño en una tamalada, un jueves. Le dijeron que estaba detenido por daños a la moral, tráfico de sustancias prohibidas dentro de algunos tamales y delitos a la salud. Uno de sus seguidores, sacó la semi-automática y le voló la oreja a un judicial. A ese lo agarraron también, pero le dejaron ir porque sobornó a sus captores. El tipo extraño, fue llevado el viernes en la madrugada a un tribunal, donde se esperó tres horas, en parte por que era de madrugada y en parte por que la burocracia es medio estúpida.

La Iglesia le pagó 30,000 en bonos a otro tipo, supuesto seguidor del tipo extraño, por su ayuda en la captura del rebelde. El juez que llegó con el detenido, dijo que era muy tarde para estarlo chingando por el tipo raro, y fijó una fianza. El sacerdote y el político, pusieron el grito en el Cielo y el juez dijo que si no les gustaba, fueran a chingar a su madre y a otro tribunal. Fueron a otro, cuyo juez era el primo del amigo del sacerdote y la pareja sentimental del político. O al revés, no se sabe. Este le condenó en un juicio de apenas dos horas, y lo remitió con el primer juez para que firmara la sentencia, dizque para que el papeleo fuera legal.

Lo firmó a regañadientes, ya con todos los medios de comunicación encima, y los Trending nombrándolo a favor y en contra. Saliendo del tribunal, preparado ya para ir a prisión, otro sacerdote comenzó a arengar a la bola de curiosos que, en el nombre de Cristo, fueran y empalaran al tipo raro. Y ahí va la perrada y que lo encuera, lo azota, lo empala y lo mata. Fue en viernes a las 14:00 horas. El cielo se nubló, granizó, tembló y el sacerdote que arengó a la multitud se puso de rodillas y exclamó que en verdad, en verdad el Hijo de Dios escogió el 2012 para cepillarse al mundo.

Los seguidores del tipo raro reclamaron el cuerpo y metieron demanda, la cual se interrumpió a los tres meses. En tanto, el tipo raro fue enterrado con gran lamento y al tercer día, los diarios reportaron que su cuerpo había sido robado por un taquero y servido en las afueras del metro. Los seguidores, en cambio, afirmaron que el wey había resucitado de entre los muertos y que no se qué. La Iglesia, apoyada por el gobierno, condenó el culto y durante un buen rato persiguió a la creciente ola de seguidores que se sumaban a la secta del tipo raro.

Esta ya hace 130 años... No sé, el sujeto de a lado me dice que dentro de 200 años, el Gobierno lo tomará como religión oficial y que no se qué. Ojalá que no, ya tuvimos bastante con uno...

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