miércoles, 17 de agosto de 2011

No tentarás al Señor.

Jesucristo en el desierto. Calor, extraños bichos que emergen de la tierra y amenazan con picarle los pies enfundados con chancletas y correr a sus madrigeras, orgullosos: "Vieja, acabao de sacarle una ampolla el Hijo de Dios". Para colmo, se le aparece el Chamuco, aunque algunos pueden decir con justa razón que ya había pasado mucho tiempo bajo el sol. Entonces, por alguna razón, Jesucristo prefiere matar metafóricamente al más recalcitrante enemigo de papi cruxificándose en vez de tirarse un round en ese instante y se pone a echar verbo con el Maligno mismo. Una frase quedará grabada en la memoria eclesiástica de la humanidad. Jesús replica, conocedor innato de la lógica Paterna: "No tentarás al Señor, tu Dios"

Y no, no se refería a tentar de "tocar algo, manosearlo". Aunque es probable que enunciado sea válido. Al menos, en la tradición de un Dios barbudo y benévolo, imagen fenotípica de un típico Zeus Tronante, físico, que mira desde una esponjosa y radiante nube. Nadie lo ha tanteado. Y los únicos.que en teoría lo habrían hecho, si se hubiera dejado, son los que dejaron la tierra  ahora, con sus alitas recorren el Edén maravillándose de las maravillas que se promete el hombre desde la mitología griega. Habrá entonces, que recurrir al otro significado.

Diccionario gordo. Página 1135. Segunda palabra. Segunda acepción. (La primera, curiosamente, es "examinar y reconocer mediante el tacto") Estimular o inducir la realización de algo esp. si es censurable o perjudicial. No tentarás al Señor, tu Dios. No estimularás o inducirás la realización de algo, especialmente si es censurable o perjudicial al Señor, tu ser supremo o sobrenatural al que se le rinde homenaje externo de veneración y respeto por considerársele divino y/o sagrado.Amén.

Deja ver si lo entiendo. Aquella réplica, deliciosa réplica, de sable de luz de Star Wars valuada en 2,500 pesos me tienta. O sea, me la quiero comprar pero sé que con ésos 2,500 pesos mexicanos puedo pagar algo mejor, como comida. O: me tientan ésos chocolates rellenos de tequila, pero estoy a dienta y soy alérgico al agave. O al alcohol.
Dios, indeciso, angustiado, no sabe que hacer. Yo lo pido que detenga la hambruna en el África, pero por cuestiones de macroeconomía divina, dejaría sin comer a Medio Oriente... O más bien, le ofrezco a Dios matar a millones de infieles, ateos, herejes y largo etcétera en Guerra Mundial a cambio de una muerte heroica en el año sexto (de siete) de la guerra. ¿Oferta tentadora?

Hecho uno. Único. Se dice, cuentan, que Dios es omnipotente. Omnisciente. Omnipresente. Y todo lo omnímodo que se nos ocurra. Es perfecto, como veintisiete outs consecutivos, el diez de Nadia Comanecci, el juego del Barcelona, el Réquiem de Mozart, la chica de los sueños más profundos. Perfecto.Ergo, ¿puede un ser perfecto sentir tentación por algo? No, no lo creo. Teóricamente, estaría inclinado a hacer algo, generalmente incorrecto, malo, no cuadra con la perfecta bondad divina. El buen Jesús, que Allah me lo bendiga, o más bien el idiota que estaba a cargo de la traducción, le da a la oración una intención mandatoria. Es ilegal tentar a Dios. Ni te atrevas, rata de dos patas. Sin derecho a fianza, menos a juicio. Catorce años en el averno, tres en el purgatorio.

O quizás, ahora que lo pienso, no era tan idiota. A fin de cuentas, Constantino no lo era y por eso cedió ante la cristiandad y tumbó a Iúpiter de los altares. Salvó por un buen rato al Imperio, al menos el de Oriente. No tentarás al Señor, tu Dios podría sonar a "Si le pides algo Dios y de todas formas te carga el payaso, era simplemente por que namás lo andabas tentando. Infeliz". La patada en el culo, fue de su huarache. Fin. No repliques.

Y entonces ahí ca el idiota, se lo cree, se lo traga y pone cara de resignación ante los misterios de lo divino. El análisis castroso, pesudateo y revelador, se va mucho a la tiznada por la imcompleta explicación teligiosa. La mente se bloquea, el chip porqueasiloquiereDios se prende en automático y se sigue toda la vida hasta que se truena con el usuario. Se olvida entonces el noble arte de poner a trabajar la mente, trabajar con inteligencia. Ver a Dios desde otra perspectiva, total, es hipotéticamente demasiado grande para sólo poder verlo através de aquel espejo.

Pero al final del día, no pasa nada. Tentado o no tentado, la misteriosa relación entre hombre y Dios sigue su eterna y cíclica explicación. Por lo mientras, tentaré a Dios. Total. Capaz y se hace mi cuate.

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