jueves, 27 de junio de 2013

Secuencias de un poema - Parte 1

I

Nos conocimos acaso la noche de un viernes.
Tú mirabas, quizá, hacia el punto donde yo ensayaba
los pensamientos que se harían después un sueño.
Pequeña fue la herida
de tu luz en mi mansa sombra
confundida, sedienta de la sed misma,
barco a la deriva sin la esperanza del faro de alguna luz.

Las noches volaron sin rima,
erróneas y lentas. Celosas,
oscuras, frías, incompletas.
La herida crecía,
solitaria y profunda,
se llenaba de ti, de tu presencia,
de tu ausencia,
de tu silencio,
de tu voz.

Sucedió entonces que entendí que te extrañaba
aquella noche de diciembre,
cuando miré la fotografía
y sólo identifiqué tu vaga sombra
en los pasillos de una historia
para una revista electrónica.
Sucedió que me di cuenta
en la Navidad falsa
que no era mi noche buena:
en el frío faltaba tu sonrisa.

II

Fue una tarde que moría
en jacarandas,
en café,
en un murmullo.
Luna sonriente,
el viento que acariciaba las palabras.

Tú.


Ahí conocí tu aroma.

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